En
vísperas de las elecciones, la sociedad se polarizó claramente: se dividió en
peronistas y antiperonistas.
Perón
centró su campaña en tres ideas fuerza que sintetizan su doctrina: Justicia
social, independencia económica y soberanía política. Contará con el apoyo de
las Fuerzas Armadas, la jerarquía eclesiástica y el empresariado nacional.
Perón, antes de las elecciones, “legitimaría” su situación casándose por civil
y por Iglesia con Evita. Inició su campaña presidencial viajando en tren y en
colectivo por todo el país, haciendo regalos a la gente. Los empresarios
simpatizantes con sus ideas financiaron los gastos proselitistas.
La
oposición se centró en la Unión Democrática, una coalición de partidos clásicos
(Partido Socialista, Demócrata Progresista, Conservador, Comunista, UCR) que
levantaron como bandera de campaña la defensa de la democracia.
En
febrero de 1946, Spruille Braden publicó un libro sosteniendo que Perón era un
militar de tendencia nazi-fascista y que iba a tratar, en el caso de que gane
la presidencia, de emular a esos dos regímenes en la Argentina (el denominado
Libro Azul). En respuesta a las acusaciones del embajador de EEUU, Perón
publica otro libro refutando todas las afirmaciones hechas por Braden (el
famoso Libro Azul y Blanco). Como consecuencia de esta rivalidad acérrima entre
estos dos personajes, los peronistas enarbolaron un nuevo eslogan para la
campaña: “Braden o Perón”, simbolizando en este, que si se optaba por el
primero, se optaba por el imperialismo y si se elegía por el segundo, se
apoyaba la soberanía.
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