miércoles, 16 de octubre de 2013

SEGUNDA PRESIDENCIA DE PERÓN (1952 - 1955)

El presidente, inmediatamente después de asumir, lanza un nuevo Plan Quinquenal, con el objetivo de desarrollar la actividad agrícola ganadera y, a la par, lograr un importante desarrollo industrial.
Se cerraron las puertas a la importación de automóviles, como forma de fomentar la industria nacional. Esto se tradujo, tiempo después, en un parque automotor muy retrasado. Lo único que entra a la Argentina en ese tiempo es la televisión, la cual Perón vio como un eficaz vehículo para transmitir sus ideas.
Contrariamente a lo planeado, se dio un retroceso económico importante que terminó causando inflación. Perón atribuyó este retroceso al “agio y especulación” y responsabilizó a Juan Duarte (hermano de Evita), que durante la investigación apareció muerto.
A principios de 1955 se investigaron colegios privados; a algunos se los cerró y a otros se los intervino por “no pagar impuestos a término”.
Pasaron los meses y el gobierno parecía ser fuerte: Perón se dirigía agresivamente hacia sus opositores con violentos discursos.
En junio de 1955 se prohibió también la procesión de Corpus Christi, que después sería parcialmente autorizada (por los alrededores de Plaza de Mayo hasta el Congreso). En ella aparecieron los opositores más fuertes. Esa misma noche se produjo una gran desbandada popular de militantes peronistas, que quemaron las sedes de la UCR, del partido socialista y del Jockey Club (como símbolo de oligarquía). Los mismos, intentaron quemar también, la Catedral.
En el plano económico, se abrieron las importaciones y se liberalizó (aunque no del todo) la economía.
El gobierno de Aramburu convocó en el año 1957, a un Congreso Constituyente para reformar la Constitución peronista de 1949. Se realizaron las elecciones correspondientes y la UCR se dividió en dos bandos: la UCR Intransigente (liderada por Arturo Frondizi) y la URC del Pueblo (liderada por Ricardo Balbín). Se reunió la convención y la facción frondizista se opuso, debido a que “no se podía sancionar una Constitución sin la mayoría de los argentinos presente” (referencia obvia al peronismo). La Constitución, por lo tanto, fue ilegítima, porque, al retirarse esta fracción de deliberantes, no se juntó el quórum necesario. Como consecuencia, se terminó por suprimir la Carta Magna de 1949 y poner en vigencia (agregándole solamente el artículo 14 bis, de beneficios sociales) la Constitución de 1853.

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