Perón
planteó los lineamientos de su doctrina política sintetizando su propuesta a
través de las denominadas “tres banderas”: justicia social, soberanía política,
independencia económica.
Su
política nacionalista lo lleva a concebir una nación económicamente
independiente mediante el desarrollo industrial pleno, con capitales nacionales
y una medida intervención estatal.
El
concepto de justicia social, aportado por la doctrina social católica y por el
socialismo, también se ve traducido en la idea de una comunidad organizada, en
la que la sociedad supera tanto el individualismo como la lucha de clases. Así
se pretende llegar a una nación en donde obreros y patrones conviven
armónicamente.
Como
alternativa entre el liberalismo y el socialismo, se presenta la tercera
posición, en las que se pretendía tomar distancia, tanto de EEUU como de la
URSS.
Las
primeras medidas que tomó en la presidencia fueron: tratar de que todas las
reformas promulgadas en el gobierno de Farrell se ratifiquen ante el Congreso.
Se legitimó todo: Banco Central, beneficios sociales, aguinaldos y vacaciones.
Se siguió con el proceso de nacionalización de empresas privadas: ferrocarriles
(pagados con lo que debía Inglaterra), Obras Sanitarias, servicios de luz, etc.
Tiempo
después, Perón se separó del Partido Laborista y funda el Partido
Justicialista, basado en la doctrina social católica y en las ya nombradas
“tres banderas”
Removió
a todos los miembros de la Corte Suprema de Justicia y colocó en sus lugares a
gente de su partido. Esto comenzó a molestar a la oposición, pero lo que
terminó de caldear sus ánimos fue la Constitución peronista de 1949. Perón
convocó a una Convención Constituyente proclamando que iban a salir favorecidos
los jóvenes y los ancianos. De esa nueva carta magna se destacaban nuevas
modificaciones como: que todos los recursos de la nación deben ser explotados
por el Estado, se añaden los beneficios sociales y se estipula que Perón puede
ser reelecto.
Después
de la sanción de la nueva Constitución salieron a protestar por los medios de
comunicación. La consecuencia que trajo esto fue la censura a los mensajes
emitidos por diarios y radios, la persecución a disidentes y la restricción de
las libertades personales.
En
algunos casos, la censura fue feroz, como en el caso del Diario La Prensa, que
fue expropiado por no compartir las ideas peronistas y publicarlo en sus
páginas.
En
el plano económico, se estaba dando una reactivación industrial desde el Estado
con la puesta en práctica del primer Plan Quinquenal y la creación del IAPI:
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